Hace una temporada atrás sentía la necesidad de cambiar de taller e irme a uno más grande, donde incluso pudiera tener un estudio y espacio para trabajar las flores de una forma más relajada y espaciosa.
Encontré un taller mecánico que, aunque nadie daba un duro por él, pude ver todo el potencial que tenía.
Así que me puse manos a las flores para dejarlo lo más bonito posible.
¿Porqué te cuento esto?
Porque me encantaría poder compartirlo para hacer talleres, charlas, eventos, reuniones… Que estuviera siempre en movimiento, con gente que lo aprecie y aporte su creatividad para crear un ambiente lleno de inspiración y buena energía.
No me gusta trabajar sola, siento que las mejores ideas y las locuras más grandes siempre salen en compañía.
Si crees que necesitas un espacio para trabajar, compartir ideas, sueños o un café. ¡no dudes en llamarme!